Neil Young es un sentimental
Pablo Gil
El vuelo 93 de American Airlines termin� precipitadamente su trayecto en un sembrado cercano a Pittsburgh la ma�ana del 11 de septiembre de 2001. Aunque algunos piensan que el avi�n fue derribado por cazas norteamericanos (su destino final era la Casa Blanca, al parecer), la versi�n oficial ha establecido que la tripulaci�n se revel� contra los terroristas y que lanz� el aparato al vac�o para evitar una masacre. Uno de estos pasajeros fue Todd Beamer. Minutos antes de la rebeli�n, Todd llam� a su mujer por tel�fono m�vil: �S� que te dije que te quiero y s� que t� sabes que es cierto. Tengo que colgar ya y hacer lo que tenemos que hacer. Uno permanece en el pasillo y hay dos m�s en la puerta. Tenemos que entrar all� antes de que maten a algunos m�s. El tiempo se est� acabando. �Hag�moslo rodar!�.
Neil Young, que ya hab�a participado en el chou cat�dico Tributo a los H�roes con una muy digna versi�n del Imagine de John Lennon, qued� conmocionado por la historia. Tanto, que en unos pocos d�as compuso una canci�n con aquellas �ltimas palabras, Let�s Roll, la grab� y la envi� inmediatamente a las emisoras de radio en un CD-R (en Reprise, su discogr�fica, pusieron a tostar discos a toda la plantilla ante la sorprendente ocurrencia de Mr. Young), adem�s de donar una pasta gansa a la fundaci�n del valeroso pasajero.
No debe sorprender, nuestro hombre siempre ha sido un sentimental. Aunque parece un agreste le�ador con piel de lagarto, insobornable padrino de la distorsi�n, en cada uno de sus guitarrazos en carne viva y en cada alarido desga�itado de su voz quebradiza hay siempre un coraz�n dispuesto a hacer del rock materia a escala humana, y no estelar. Tampoco es la primera vez que le sale la vena filantr�pica. El de Toronto, que este a�o cumplir� 57 a�os, dirige una fundaci�n de ayuda a ni�os disminuidos, que cre� con la experiencia de tener un hijo parapl�jico y otro aquejado de una terrible par�lisis cerebral. Hablamos de una persona a la que la vida ha golpeado violentamente la mand�bula: creci� sin padre, sobrevivi� a varias enfermedades durante la infancia y ha visto morir a algunos de sus mejores amigos por culpa de la hero�na.
Ahora �sta y otras 10 canciones de brutal honestidad aparecen en Are You Passionate?, un disco muy esperado ante el fortuito �xito de Let�s Roll y el clima de regreso a las ra�ces que asola EEUU. No es habitual semejante expectaci�n hacia un m�sico que grab� por primera vez en 1966 y que supera la treintena de �lbumes, m�s si cabe cuando ya pas� su segunda juventud como padrino del rock alternativo (Sonic Youth le telonearon en 1992, grab� con Pearl Jam en el 95 y Kurt Cobain incluy� estrofas suyas en su carta al juez: �Es mejor quemarse,/ que consumirse lentamente�), pero es que Neil Young se mantiene a�n l�cido en todos los frentes: igual en las giras y grabaciones cargadas de feedback con Crazy Horse (como en el inolvidable greatest hits del a�o pasado en el Esp�rrago) que cuando saca brillo a la arm�nica y a la guitarra ac�stica junto a los renacidos Crosby, Stills y Nash. Incluso si se atreve con la banda sonora de un western experimental (el Dead Man de su amigo Jim Jarmusch), va y la borda.
El curtido oso canadiense ha grabado Are You Passionate? en el estudio que tiene en su casa, junto a su inseparable guitarrista Poncho Sampedro y a los m�ticos Booker T. & The MG�s. La espina dorsal del soul m�s carnoso de los 60 (fue el motor del sello Stax: Otis Redding, Sam & Dave, Wilson Pickett, Carla Thomas...) ya fue redescubierta por �l en 1993 para una sobrecogedora gira que pas� por A Coru�a. El resultado vuelve a ser la reuni�n de unos genios que saben m�s por viejos que por diablos: rhythm & blues, rock descarnado y soul ejecutados con la sabidur�a de la experiencia y la pasi�n de los fuertes.
Are You Passionate? sale a la venta el 8 de abril.
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